domingo, 27 de mayo de 2012

El campo del alfarero (Andrea Camilleri)

Andrea Camilleri es uno de mis escritores de novelas policiacas preferidos. He seguido al comisario Montalbano desde las primeras novelas hasta las últimas y, aunque posiblemente esta no esté entre las que más me han gustado, no deja de ser un gusto reencontrarse con él y con el resto de personajes que le acompañan, cada uno de ellos con su propia idiosincracia.
Un caso más que consigue resolver utilizando sus métodos poco ortodoxos y donde las cosas no son lo que parecen, como también suele ser habitual.
Un pequeño placer, como de costumbre.

Sinopsis

En los pedregosos aledaños de Pizzutello, la lluvia ha devuelto a la luz un cadáver con signos de haber sido ajusticiado por traición. Sin huellas dactilares y con el rostro desfigurado, las características no se corresponden con las de ningún desaparecido. y cuando Mimí Augello insiste de forma muy extraña en hacerse cargo del caso personalmente, las alarmas de Montalbano se encienden. Pese a que los molestos achaques de la edad lo tienen algo embotado, su infalible instinto lo lleva a no ceder las riendas y seguir adelante sin bajar la guardia. O tal vez el mejor estímulo sea la aparición en escena de Dolores Alfano, una mujer atractiva y seductora que denuncia la desaparición de su marido, de quien dejó de tener noticias poco antes de que embarcara hacia Sudamérica. Así, de manera gradual y casi imperceptible, dos casos en apariencia distantes empiezan a mezclarse, y Montalbano deberá devanarse los sesos y valerse de todo su ingenio para desvelar la trama oculta de una traición insospechada.
En esta decimoséptima entrega encontramos a un Salvo Montalbano con cierta tendencia a la misantropía, cada vez más entregado a sus momentos de soledad y a esos diálogos con su otro yo, que por una parte lo agotan y por otra le señalan el camino. Engañando a quien lo engaña, rebatiendo falsedades con nuevas falsedades, al final el verdadero temple del comisario resurgirá cuando renuncie a la gloria por lealtad a quienes ama. Quizá la vida no sea tan absurda, después de todo.

El campo del alfarero, o campo de sangre, es el lugar que comparon los sacerdotes, a fin de dar sepultura a los forasteros, con las treinta monedas de plata que Judas arrojó al suelo del templo antes de ahorcarse, desesperado por la magnitud de su traición. *

*según el Evangelio de san Mateo

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