Tenía ganas de leer este libro de
Teresa Viejo, y no precisamente porque se trate de una persona mediática, ya que en este aspecto no se encuentra entre mis favoritas, sino porque me gustan los libros que tienen algo que ver con la tierra, como es este caso. Quízás también tiene algo que ver el hecho de que haya vivido durante bastante tiempo en una calle que toma su nombre precisamente del balneario donde transcurre la acción.
La novela me ha resultado entretenida, sin ser de estas que te dejan una huella profunda, pero entretenida al fin y al cabo.
Tiene dos partes muy diferenciadas que no tienen nada que ver una con otra (salvo el lugar donde ocurren los hechos): por un lado la alegría de principios del siglo XX en un balneario de lujo y por otro lado la angustia de un psiquiátrico durante la guerra civil. Pero a pesar de estas diferencias, no desentonan en el conjunto de la novela, o al menos así me ha parecido.
En general, no me ha defraudado y desde luego me ha hecho ver a la autora con otro punto de vista.
Sinopsis