Aunque Liza Marklund sea una escritora sueca, esta novela fue escrita hacia el 1999, por lo que no se debería considerar como parte de la ola de novela policiaca nórdica que nos ha invadido estos últimos años, si acaso más bien una precursora.
La novela resulta entretenida sin necesidad de entrar en más profundidades.
Su originalidad es que en este caso no es la policía quien investiga un crimen, sino una periodista, más concretamente una becaria que acaba de empezar a trabajar en un periódico para el verano y que no se detiene ante nada con tal de averiguar la verdad, incluso llegando a ponerse ella misma en peligro.
La visión periodística hace que en ella se traten también otros temas, como la política e incluso los malos tratos, y el final es bastante sorprendente.
Una digna antecesora de las novelas nórdicas actuales.
Sinopsis