domingo, 10 de agosto de 2025

La península de las casas vacías (David Uclés)

Tenía altas expectativas con esta novela de David Uclés, por todas las críticas y opiniones que he ido viendo. Y, en esta ocasión, tengo que decir que nada más leer las dos primeras páginas del libro ya sabía que no me iba a defraudar, algo que no suele pasar casi nunca. Y esta impresión se ha mantenido, incluso ha aumentado, con su lectura.
Es un auténtico novelón. Sin más. Creo que todo lo que se diga no alcanza a describir su grandiosidad. Lo intentaré.
El trasfondo de la novela es la guerra civil, pero da la sensación de que es un personaje más de la misma, ya que lo que de verdad importa es el universo de Jándula, con todos sus habitantes, cada cual más interesante. Es cierto que el llamado realismo mágico está ahí, pero tampoco es lo más importante. La mezcla de ese realismo con la realidad de la guerra está muy bien lograda, o al menos así me lo parece. Y también tiene algunos puntos de ironía y de guiños a la realidad muy conseguidos.
He pasado una semana entera sumergida en ese universo, pues es una novela que hay que leer despacio, para poder sacarle todo su jugo, y que estoy segura de que en algún momento volveré a leer, pues es de las que invitan a ello.
¡Leedla!


Sinopsis
He aquí la historia de la descomposición total de una familia, de la deshumanización de un pueblo, de la desintegración de un territorio y de una península de casas vacías.
La historia de un soldado que se raja la piel para dejar salir la ceniza acumulada, de un poeta que cose la sombra de una niña tras un bombardeo, y de un maestro que enseña a sus alumnos a hacerse los muertos; de un general que duerme junto a la mano cortada de una santa, de un niño ciego que recupera la vista durante un apagón, y de una campesina que pinta de negro todos los árboles de su huerto; de un fotógrafo extranjero que pisa una mina cerca de Brunete y no levanta el pie en cuarenta años, de un gernikarra que conduce hasta el centro de París una camioneta con los restos humeantes de un ataque aéreo, y de un perro herido cuya sangre teñirá la última franja de una bandera abandonada en Badajoz.
He aquí pues la historia total de la Guerra Civil española y de una Iberia agonizante donde lo fantástico apuntala la crudeza de lo real; donde los anónimos miembros de un extenso clan de olivareros de Jándula cruzan sus destinos con los de Alberti, Lorca y Unamuno; Rodoreda, Zambrano y Kent; Hemingway, Orwell y Bernanos; Picasso y Mallo; Azaña y Foxá; donde lo épico y lo costumbrista se entrelazan para tejer un portentoso tapiz, poético y grotesco, bello y delirante. 

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