Siempre me ha parecido que tiene mucho mérito que un escritor consagrado con un tipo de novelas se salga del guión y escriba otra que no tiene nada que ver, pues lo fácil es seguir con la fórmula de éxito reconocido y no arriesgar, ya que a veces los intentos acaban mal. No ha sido así en el caso de Alicia Giménez Bartlett, que ha conseguido incluso ganar el Premio Planeta con esta novela totalmente alejada de su famosa inspectora Petra Delicado.
Se trata de una historia en la que no falta el componente social, llevándonos a través de dos mundos opuestos y alejados entre sí, pero que sufren, cada uno a su modo, la tan traída y llevada crisis. Pero sobre todo se trata de una novela en la que se pone de manifiesto la dificultad de los hombres y las mujeres para asimilar los nuevos valores sentimentales que trae como consecuencia la igualdad entre ambos sexos, que es más fácil en la teoría que luego en la realidad.
Me ha gustado también la forma en que está escrita, pues se alternan los monólogos de cada uno de los personajes, a veces de forma brusca e incluso en la misma escena, pero sin que eso suponga un inconveniente en la lectura, pues su diferencia de lenguaje y de pensamiento nos los hace perfectamente reconocibles.
Una buena elección para el Premio Planeta, sin duda.
Sinopsis
Irene, al frente de una fábrica familiar heredada de su padre que vive malos tiempos, trata de superar la ruptura con su marido, David, abogado que trabajaba como abogado para ella, que se ha marchado con una mujer más joven.
Mientras, Javier, profesor de refuerzo de Literatura en un colegio de monjas, pierde su empleo. La convivencia con su novia, Sandra, se deteriora progresivamente al tiempo que pierde la esperanza por encontrar una nueva ocupación. Un día acude al entierro de la que fue la mejora amiga de su abuela, donde conoce a Iván, nieto de la fallecida, joven marginal que trabaja como "stripper" en un club de la periferia. Éste le propone trabajar con él, lo que en un principio rechaza, pero las circunstancias le harán reconsiderar su decisión.
El encuentro entre Irene y Javier tendrá trágicas consecuencias.
Se trata de una historia en la que no falta el componente social, llevándonos a través de dos mundos opuestos y alejados entre sí, pero que sufren, cada uno a su modo, la tan traída y llevada crisis. Pero sobre todo se trata de una novela en la que se pone de manifiesto la dificultad de los hombres y las mujeres para asimilar los nuevos valores sentimentales que trae como consecuencia la igualdad entre ambos sexos, que es más fácil en la teoría que luego en la realidad.
Me ha gustado también la forma en que está escrita, pues se alternan los monólogos de cada uno de los personajes, a veces de forma brusca e incluso en la misma escena, pero sin que eso suponga un inconveniente en la lectura, pues su diferencia de lenguaje y de pensamiento nos los hace perfectamente reconocibles.
Una buena elección para el Premio Planeta, sin duda.
Sinopsis
Irene, al frente de una fábrica familiar heredada de su padre que vive malos tiempos, trata de superar la ruptura con su marido, David, abogado que trabajaba como abogado para ella, que se ha marchado con una mujer más joven.
Mientras, Javier, profesor de refuerzo de Literatura en un colegio de monjas, pierde su empleo. La convivencia con su novia, Sandra, se deteriora progresivamente al tiempo que pierde la esperanza por encontrar una nueva ocupación. Un día acude al entierro de la que fue la mejora amiga de su abuela, donde conoce a Iván, nieto de la fallecida, joven marginal que trabaja como "stripper" en un club de la periferia. Éste le propone trabajar con él, lo que en un principio rechaza, pero las circunstancias le harán reconsiderar su decisión.
El encuentro entre Irene y Javier tendrá trágicas consecuencias.
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