Las aventuras de un libro vagabundo (Paul Desalmand)

Hay libros de los que no esperas mucho y te sorprenden, y en otros casos las reseñas hacen que tengas grandes expectativas y, quizás precisamente por eso, te decepcionan. Esto último es lo que me ha sucedido en este caso. El argumento de esta novela me pareció muy interesante y original (un libro como protagonista que cuenta sus experiencias con los sucesivos lectores que va teniendo), pero después de leerlo me ha sabido a poco, quizás porque no profundiza mucho en esas historias y pasa por ellas como de puntillas.

El autor es escritor de ensayos y creo que eso se nota en la novela, pues tiene muchas citas literarias y reflexiones acerca de la lectura, que no dejan de ser interesantes, pero como historia para mi gusto se queda un poco corta. Sólo lo recomendaría a los muy bibliófilos, no a quienes busquen entretenimiento.

De todas formas, lo que si me ha gustado es que nos hace ver a los libros como algo más que objetos inanimados, como si fueran seres vivos. Y para los que como yo somos usuarios de las bibliotecas públicas (fuente inagotable de lectura), te hace pensar en esos otros lectores por los que ha pasado antes que tú ese libro que tienes en tus manos y en aquellos por los que pasará después: una cadena de la que formamos parte sin apenas darnos cuenta.

Sinopsis

Ha nacido en Mayenne con 250 gramos de peso y, tras salir de un oscuro almacén, llega a las estanterías de la primera librería donde recala, iniciando un periplo que le llevará a compartir conversaciones nocturnas con Anna Karenina, Crimen y Castigo o Madame Bovary. Es el héroe de esta novela, un pequeño libro que nos cuenta sus aventuras y los distintos lectores que tiene la oportunidad de conocer: desde la chica que lee desnuda al taxista que convierte su taxi en una pequeña biblioteca ambulante, pasando por el fanático religioso que a punto está de llevarlo a un comité de incineración. Un libro elegante, vagabundo, poeta a ratos y un tanto parlanchín que filosofa sobre la vida, el amor y la amistad a través de una existencia no exenta de riesgos, pero absolutamente apasionante.

Una primera novela que es todo un homenaje al más incorregible de los vicios humanos: la lectura.