Desde que leí la anterior novela de Carlos del Amor sigo con más interés sus reportajes culturales en los telediarios, así que al ver que había escrito otra novela no podía dejar pasarla.
La novela me ha sorprendido bastante. No tiene nada que ver con la primera ni por su estilo, ni por su argumento, ni por su contenido. Además despista, porque cuando ves el título piensas en el significado más conocido de confabular: "ponerse de acuerdo para emprender algún plan, generalmente ilícito" (según la RAE).
Y te encuentras con que se refiere a un trastorno mental, que hace que tu mente cree recuerdos falsos para rellenar determinados vacíos.
El tema en sí me ha desconcertado bastante. Siempre había pensado que perder la memoria sería horrible, pero creo que no saber si tus recuerdos son reales o falsos es aún peor.
La novela consigue trasmitirnos la angustia del protagonista por este problema, y aunque no termina de convencerme cómo acaba, en realidad creo que no es fácil pensar cuál sería el final más adecuado.
En resumen, una historia original que resulta interesante, pese a dejarte algo perturbado.
La novela me ha sorprendido bastante. No tiene nada que ver con la primera ni por su estilo, ni por su argumento, ni por su contenido. Además despista, porque cuando ves el título piensas en el significado más conocido de confabular: "ponerse de acuerdo para emprender algún plan, generalmente ilícito" (según la RAE).
Y te encuentras con que se refiere a un trastorno mental, que hace que tu mente cree recuerdos falsos para rellenar determinados vacíos.
El tema en sí me ha desconcertado bastante. Siempre había pensado que perder la memoria sería horrible, pero creo que no saber si tus recuerdos son reales o falsos es aún peor.
La novela consigue trasmitirnos la angustia del protagonista por este problema, y aunque no termina de convencerme cómo acaba, en realidad creo que no es fácil pensar cuál sería el final más adecuado.
En resumen, una historia original que resulta interesante, pese a dejarte algo perturbado.
Sinopsis
Ha aprendido a vivir el presente. Para él, ni el futuro ni el pasado están claros.
Un hombre joven, en un viaje de trabajo, mata a una persona, pero extrañamente nadie se hace eco del suceso. Entre el escepticismo y la incertidumbre, Andrés vadea como puede la situación. No es el único acontecimiento anómalo al que se tiene que enfrentar. Una visita al médico le confirma que sufre una enfermedad: confabulación. Cuando su cerebro no guarda recuerdos, los fabrica. ¿Cómo se vive cuando desconoces qué te ha ocurrido de verdad? ¿Hasta dónde puede llegar la vida inventada?
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