domingo, 24 de mayo de 2020

Jonathan Strange y el señor Norrell (Susanna Clarke)

Había leído tantas críticas buenas de esta novela de Susanna Clarke, que tenía muchísimas ganas de leerla. Mis expectativas eran muy altas.
Pensé que era lo ideal para uno de esos viajes largos de avión, donde tienes mucho tiempo y puedes concentrarte sólo en la novela, y de hecho la empecé en el viaje a Brasil hace ya cuatro años. Pero no consiguió engancharme y volví de allí con ella a medias.
Ahora, que pasamos tanto tiempo en casa, he vuelto a pensar que había que darle otra oportunidad. Pero tampoco he podido con ella.
Lamento decir que creo que es de los pocos libros, por no decir el único, que no consigo terminar, pues aunque no me gusten mucho me da mucha rabia dejarlos a medias. Seguramente tiene muchas cosas buenas, ya que las opiniones que he visto son en general muy positivas, e incluso han hecho una serie de televisión que también ha tenido mucho éxito, pero a mí se me ha atragantado. Y no puedo decir otra cosa.



Sinopsis
A principios del siglo XIX, las hazañas del Rey Cuervo, el mś grande de todos los magos de la Edad Media, perviven en la memoria y la leyenda, pero la práctica de la magia ha sido completamente olvidada en Inglaterra. Hasta el día en que el señor Norrell logra que las piedras de la catedral de York hablen. La noticia del retorno de la magia se extiende como la pólvora y el señor Norrell, convencido de que debe poner sus artes al servicio del gobierno en la guerra contra Napoleón, se traslada a Londres. Allí conoce al joven Jonathen Strange, un brillante y voluntarioso mago, y tras superar algunos recelos, lo acoge como discípulo. En una época en la que sólo los charlatanes se hacían llamar magos, Norrell y Strange se proponen limpiar el buen nombre de su oficio. A su paso encontrarán amor y muerte, portentos y crueldades, y arrastrados por la ambición y la rivalidad, el camino de la gloria los acercará irremediablemente al abismo.

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