domingo, 30 de junio de 2019

Las hijas del Capitán (María Dueñas)

Creo que ya comenté anteriormente que a María Dueñas posiblemente se le vayan a comparar todas sus novelas con la primera de ellas, El tiempo entre costuras, que tanto éxito cosechó. Pues si esto es así, y si las dos anteriores tal vez podían salir perdiendo algo en la comparación, en esta ocasión creo que ésta puede considerarse al mismo nivel de la primera. A mí por lo menos me lo parece.
Se trata de una historia muy potente, ambientada en el Nueva York de mediados del siglo XX y, como de costumbre, creo que lleva detrás un arduo trabajo de documentación, pues desde luego nos traslada a aquella época y a aquel escenario de forma magistral.
Los personajes también están conseguidos, tanto los "buenos" como los "menos buenos". Son todos bastante creíbles. Es una novela de aventuras, costumbrismo, amor, vida en general. La he disfrutado bastante.
Y parafraseando la sinopsis del libre, en la que se considera "un tributo a las mujeres que resisten cuando los vientos soplan en contra", no puedo dejar de dedicarle este comentario a la amiga que me ha prestado el libro, porque creo que en estos momentos esta frase la define perfectamente.


Sinopsis
Nueva York, 1936. La pequeña casa de comidas El Capitán arranca su andadura en la calle Catorce, uno de los enclaves de la colonia española que por entonces reside en la ciudad. La muerte accidental de su dueño, el tarambana Emilio Arenas, obliga a sus indomables hijas veinteañeras a tomar las riendas del negocio mientras en los tribunales se resuelve el cobro de una prometedora indemnización. Abatidas y acosadas por la urgente necesidad de sobrevivir, las temperamentales Victoria, Mona y Luz Arenas se abrirán paso entre rascacielos, compatriotas, adversidades y amores, decididas a convertir un sueño en realidad.
Con una lectura tan ágil y envolvente como conmovedora, Las hijas del Capitán despliega la historia de tres jóvenes españolas que se vieron obligadas a cruzar un océano, se asentaron en una urbe deslumbrante y lucharon con arrojo para encontrar su camino. Un tributo a las mujeres que resisten cuando los vientos soplan en contra y un homenaje a todos aquellos valientes que vivieron -y viven- la aventura, a menudo épica y casi siempre incierta, de la emigración.

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