domingo, 20 de mayo de 2018

Los perros duros no bailan (Arturo Pérez-Reverte)

Creo que ya he comentado que me gusta como escribe Arturo Pérez-Reverte en general, pero en esta novela no le he encontrado el punto.
Nos cuenta una historia en la que los protagonistas son perros, pero a los que él humaniza, haciéndolos comportarse como humanos, a modo de una fábula moderna, podríamos decir.
Tiene puntos y guiños irónicos a situaciones perfectamente reconocibles y se lee fácilmente, en un suspiro. Pero, como ya digo, no ha terminado de llegarme. Me ha parecido una historia sin mucho trasfondo.
Tengo pendientes sus dos anteriores novelas, de la serie de Falco. A ver si me pongo con ellas y me quito un poco esta sensación agridulce.


Sinopsis
Hace días que en el Abrevadero de Margot, donde se reúnen los chuchos del barrio, nada se sabe de Teo y de Boris el Guapo. Sus colegas presienten que detrás de su desaparición hay algo oscuro, siniestro, que los mantiene alerta. Lo ocurrido no puede ser nada bueno; lo sospechan todos y lo sabe su amigo el Negro, luchador retirado con cicatrices en el hocico y en la memoria. Para él es cuestión de instinto, de experiencia sobreviviendo en las situaciones más difíciles. Eso lo lleva a emprender un peligroso viaje al pasado, en busca de sus amigos.
En esta asombrosa novela negra, divertida, tierna y sobrecogedora de principio a fin, Arturo Pérez-Reverte narra con increíble maestría la aventura de un perro en un mundo diferente al de los humanos, donde rigen las mejores reglas -lealtad, inteligencia y compañerismo- y están desterradas toda corrección política o convención social. Un mundo en el que a veces hay clemencia para los inocentes. Y justicia para los culpables.








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