Si bien los libros de Asa Larsson, como ya he dicho en otras ocasiones, no están entre mis favoritos de intriga, sirven para pasar un rato entretenido, y éste no es una excepción. Es más, diría que me ha gustado más que los anteriores, quizás porque ya sabes de alguna forma lo que puedes esperar y eso hace que te defraude menos.
En este caso además introduce elementos ajenos al ambiente nórdico, como es una crítica a todas aquellas empresas (que en realidad podrían ser de cualquier nacionalidad) que se dedican a hacer negocios en los países subdesarrollados sin ningún tipo de escrúpulos, pensando únicamente en el dinero.
Hay también menos violencia física que en los anteriores, aunque la crueldad de la sociedad y de las personas sigue quedando de manifiesto, algo que no deja de invitar a la reflexión.
Sinopsis
Está oscuro en el norte de Suecia y una tormenta de nieve azota el lago helado de Torneträsk. Buscando cobijo del frío mortal, un pescador encuentra el cadáver de una joven en una cabaña. La víctima es Inna Wattrang, una ejecutiva ejemplar de la empresa minera Kallis Mining. Anna-Maria Mella, la inspectora encargada del caso, necesita la ayuda de un experto en leyes, y conoce al mejor: Rebecka Martinsson. Juntas inician una investigación a dos bandas que parece revelar una siniestra relación entre el entorno de la víctima y el dueño de la compañía.
Asa Larsson es ya una de las autoras de novela negra más reconocidas del mundo y queridas en nuestro país. Aurora boreal y Sangre derramada, sus anteriores novelas, han sido un éxito de ventas aclamado por la crítica. Pero nada de lo que se pueda decir preparará al lector para la sacudida emocional de La senda oscura, un escalofriante relato que deja al descubierto la fragilidad del alma humana.
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