domingo, 10 de octubre de 2010

La soledad de los números primos (Paolo Giordano)

Lo primero que me llamó la atención de esta novela de Paolo Giordano fue su título. Me pareció curioso introducir en él los números primos, algo tan matemático que tiene poco que ver con la literatura. Pero después de leerla creo que es difícil encontrar un concepto que defina mejor la relación entre los dos protagonistas que el de los números primos gemelos, aquellos que "están casi juntos, pero entre los que media un número par que los impide tocarse de verdad".
Así son ellos. Tienen en común una infancia marcada por un incidente traumático que los convierte en inadaptados y  les imposibilita tener relaciones normales con la gente. Y aunque parece que su destino es estar juntos, no terminan nunca de llegar a encontrarse, siempre hay algo que les impide culminar esa relación que podría ser su salvación. Se mueven continuamente entre el amor y el rechazo.
Se trata de una novela original, con personajes muy especiales, que van siendo los narradores de forma alternativa, y tiene un inicio muy impactante, aunque luego va decayendo algo en intensidad. Pero sobre todo es una novela muy triste. O al menos así me lo ha parecido a mí. Tiene momentos crueles y otros conmovedores. Desde luego no se la recomendaría a quienes tengan el ánimo algo bajo, pues no es de las que animan precisamente, no deja un buen sabor de boca. Pero en cualquier caso, no creo que deje a nadie indiferente.

Sinopsis 
Paolo Giordano se ha convertido, hoy por hoy, en el fenómeno editorial más relevante de los últimos años en Italia. Con tan sólo veintiséis años, La soledad de los números primos, ópera prima de este recién licenciado en Física Teórica, ha sido galardonada con el premio Strega 2008 y ha conseguido un éxito de ventas sin precedentes para una primera novela. Asimismo, ha despertado un gran interés internacional y será traducido a veintitrés idiomas.
Como introducción a esta excepcional novela, dejemos al texto hablar por sí mismo: «En una clase de primer curso Mattia había estudiado que entre los números primos hay algunos aún más especiales. Los matemáticos los llaman números primos gemelos: son parejas de números primos que están juntos, o mejor dicho, casi juntos, pues entre ellos media siempre un número par que los impide tocarse de verdad. Números como el 11 y el 13, el 17 y el 19, o el 41 y el 43. Mattia pensaba que Alice y él eran así, dos primos gemelos, solos y perdidos, juntos pero no lo bastante para tocarse de verdad.»
Esta bella metáfora es la clave de la dolorosa y conmovedora historia de Alice y Mattia. Una mañana fría, de niebla espesa, Alice sufre un grave accidente de esquí. Si la firmeza y madurez con que este joven autor desarrolla el tono narrativo impresiona y sorprende, no menos admirable es su valor es su valor para asomarse sin complejos, nada más y nada menos, a la esencia de la soledad.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Queridísima Asunción:
Siempre de acuerdo contigo, salvo en la última afirmación que haces en esta entrega de tu blog, "algo tan matemático que tiene poco que ver con la literatura"
Siento disentir, al afirmar, que las matemáticas son pura literatura,¡mucho más!, pura poesía.
Para ello, recordar cualquiera de los teoremas aprendidos durante nuestro bachillerato, desde los más sencillos (Pitágoras), hasta el Teorema Fundamental del Cálculo (que seguro que a alguno nos trajo por la calle de la amargura)
Sirvan como ejemplo, los versos de Rafael Alberti
A tí ,maravillosa disciplina,
media, extrema razón de la hermosura,
que claramente acata la clausura
viva en la malla de tu ley divina.
A tí, cárcel feliz de la retina,
áurea sección, celeste cuadratura.
Misteriosa fontana de mesura
que el Universo armónico origina.
A tí , mar de los sueños angulares,
dodecaedro azul, arco sonoro.
Luces por alas un compás ardiente.
Tu canto es una esfera transparente.
A tí, divina proporción de oro.


Muchísimas gracias por tu blog, que muchos seguimos con gran interés

Asun Yáñez dijo...

Pues la verdad es que nunca había contemplado las matemáticas desde ese punto de vista, pero algo deben tener que ver, pues yo que soy "de ciencias de toda la vida" siempre he disfrutado mucho con la literatura.
Quizá la frase debería decir en realidad "algo tan matemático que parece tener poco que ver con la literatura".
Muchas gracias por tu comentario y sobre todo muchas gracias por seguir este blog. Espero contar contigo mucho tiempo.