Con esta novela finaliza la "Trilogía del Baztán" de Dolores Redondo, y sólo puedo decir que me parece una lástima, pues me hubiera gustado seguir inmersa en la historia, ya que si las dos novelas anteriores me gustaron, ésta creo que me ha gustado incluso más. Me ha parecido un perfecto broche final para la trilogía.
Sigue en la línea de las anteriores, con una investigación policíaca actual que se mezcla con la historia de la protagonista, que adquiere aún más protagonismo.
Hay que decir que se nota perfectamente que la autora tenía en mente desde el principio la trilogía y que no ha sigo una continuación forzada, ya que con esta novela se cierran los temas que quedaron pendientes en las otras. En este caso, más que en otras ocasiones, creo que es recomendable leerlas en orden para poder entenderlas bien.
Y aunque debo decir que esta ocasión he descubierto como a la mitad de la novela quién era el culpable, cosa que no sucedió en las anteriores, eso no le ha quitado ni un poco de interés, sino que me ha permitido seguirla con más atención (seguro que es lo que la autora pretendía).
He disfrutado mucho de esta trilogía y espero seguir haciéndolo con otras novelas de esta autora.
Sinopsis
Una mujer denuncia que la muerte súbita de su nieta, oficialmente una muerte de cuna, le parece sospechosa tras el comportamiento extraño del padre de la niña, que ha sido detenido cuando intentaba robar el cadáver pronunciando palabras inconexas acerca de entregar a su propia hija. El bebé tiene unas marcas rojizas en el rostro que indican que ha habido presión y parece claro que ha sido asesinada. La abuela de la pequeña habla de una criatura mágica de la zona, un ser maléfico, causante de las pesadillas que producen en el durmiente una inmovilización que les impide despertar. Se trata del Inguma, el ser que arrebata la vida durante el sueño.
La investigación de este caso llevará a Amaia y a su equipo a descubrir algunas irregularidades en casos parecidos que se produjeron en el valle en el pasado, demasiados casos en una zona relativamente pequeña.
Y entonces, trasladado por orden del juez Marquina, el asesino Berasategui aparece muerto en su celda, tras un coma inducido por una droga que alguien ha tenido que facilitarle.
Trepidante y estremecedora, la trama se acelera hacia una resolución sorprendente, en la que Amaia debe enfrentarse al auténtico origen de los sucesos que han asolado el valle del Baztán. Y mientras una impresionante tormenta de nieve parece querer sepultar una verdad demoledora.
Sigue en la línea de las anteriores, con una investigación policíaca actual que se mezcla con la historia de la protagonista, que adquiere aún más protagonismo.
Hay que decir que se nota perfectamente que la autora tenía en mente desde el principio la trilogía y que no ha sigo una continuación forzada, ya que con esta novela se cierran los temas que quedaron pendientes en las otras. En este caso, más que en otras ocasiones, creo que es recomendable leerlas en orden para poder entenderlas bien.
Y aunque debo decir que esta ocasión he descubierto como a la mitad de la novela quién era el culpable, cosa que no sucedió en las anteriores, eso no le ha quitado ni un poco de interés, sino que me ha permitido seguirla con más atención (seguro que es lo que la autora pretendía).
He disfrutado mucho de esta trilogía y espero seguir haciéndolo con otras novelas de esta autora.
Sinopsis
Una mujer denuncia que la muerte súbita de su nieta, oficialmente una muerte de cuna, le parece sospechosa tras el comportamiento extraño del padre de la niña, que ha sido detenido cuando intentaba robar el cadáver pronunciando palabras inconexas acerca de entregar a su propia hija. El bebé tiene unas marcas rojizas en el rostro que indican que ha habido presión y parece claro que ha sido asesinada. La abuela de la pequeña habla de una criatura mágica de la zona, un ser maléfico, causante de las pesadillas que producen en el durmiente una inmovilización que les impide despertar. Se trata del Inguma, el ser que arrebata la vida durante el sueño.
La investigación de este caso llevará a Amaia y a su equipo a descubrir algunas irregularidades en casos parecidos que se produjeron en el valle en el pasado, demasiados casos en una zona relativamente pequeña.
Y entonces, trasladado por orden del juez Marquina, el asesino Berasategui aparece muerto en su celda, tras un coma inducido por una droga que alguien ha tenido que facilitarle.
Trepidante y estremecedora, la trama se acelera hacia una resolución sorprendente, en la que Amaia debe enfrentarse al auténtico origen de los sucesos que han asolado el valle del Baztán. Y mientras una impresionante tormenta de nieve parece querer sepultar una verdad demoledora.
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