domingo, 30 de noviembre de 2014

El asedio (Arturo Pérez-Reverte)

Ya dije hace no mucho tiempo, después de leer El tango de la guardia vieja, que me apetecía repetir a Arturo Pérez-Reverte, así que le ha llegado el turno a esta novela, que estaba desde hace tiempo en mi "montón de libros pendientes".
En este caso, sin embargo, tengo que decir que me ha decepcionado un poco. Intentaré explicarlo.
Por un lado, hay cosas que me han gustado, como pueden ser: su ambientación (asedio de Cádiz en 1800 por las tropas francesas); algunos de sus personajes, que resultan bastante atractivos; la intriga policíaca, con asesino en serie, que se va desarrollando en ella (aunque no me guste mucho el inspector que lleva el caso), y hasta la historia de amor que también se esconde entre las demás.
Pero por otro lado, hay quizá un exceso de personajes y de temas (la guerra, la piratería, el comercio, los problemas de balística...) que hacen que en ocasiones resulte algo pesada y demasiando larga, sin que algunos aporten mucho al conjunto, desde mi punto de vista.
Tampoco me ha gustado mucho como termina, pero eso es simplemente anecdótico.
No me ha parecido de lo mejor de este autor.

Sinopsis
Cádiz, 1811. España lucha por su independencia mientras América lo hace por la suya. En las calles de la ciudad más liberal de Europa se libran batallas de otra índole. Mujeres jóvenes aparecen desolladas a latigazos. En cada lugar, antes del hallazgo del cadáver, ha caído una bomba francesa. Eso traza sobre la ciudad un mapa superpuesto y siniestro: un complejo tablero de ajedrez donde la mano de un jugador oculto -un asesino despiadado, el azar, las curvas de la artillería, la dirección de los vientos, el cálculo de probabilidades- mueve piezas que deciden y entrelazan el destino de los protagonistas: un policía corrupto y brutal, la heredera de una importante casa comercial gaditana, un capitán corsario de pocos escrúpulos, un taxidermista misántropo y espía, un curtido guerrillero de las salinas y un excéntrico artillero francés a quien las guerras importan menos que resolver el problema técnico del corto alcance de sus obuses.


No hay comentarios: