Benjamin Black es uno de esos autores que estaba en mi lista de pendientes desde hace tiempo, así que cuando encontré esta novela al buscar las ambientadas en Praga pensé que había llegado su oportunidad. Para quien no lo sepa, este es el pseudónimo con el que John Banville escribe sus novelas policiacas. Y aunque tengo pendiente todavía las de la serie de Quirke, esta me ha servido para abrir boca.
Se puede considerar una novela policiaca un poco de refilón, porque hay un asesinato y una investigación, pero no hay policías como tal, ya que la acción transcurre en la Praga de finales del siglo XV-comienzo del siglo XVI, y el investigador no es un policía muy al uso (tampoco en esa época existía la policía como tal, supongo).
La intriga está conseguida, pero lo que más me ha gustado ha sido la ambientación. Te lleva perfectamente a esa época y a las intrigas de la corte del emperador. Además, la zona en que transcurre la acción es perfectamente reconocible en la actualidad. Si conseguimos eliminar virtualmente a los turistas, podemos imaginar perfectamente el Callejón del Oro en aquellos momentos.
Christian Stern, un joven alquimista, erudito y ambicioso, llega a Praga en el invierno de 1599 con la intención de hacer fortuna en la corte del sacro emperador romano, el excéntrico Rodolfo II, sobrino de Felipe II. La noche de su llegada, borracho y perdido, Christian tropieza en el Callejón del Oro, junto al castillo, con el cuerpo sin vida de una joven en la nieve. Vestida de terciopelo, luce en el pecho un gran medallón de oro y un profundo tajo en el cuello. Stern entra al servicio del emperador, quien le confía la tarea de resolver el misterio del asesinato, pero a medida que se acerca a la verdad advierte que su propia vida corre grave peligro.
Los lobos de Praga es la más pura esencia del mejor Banville y el mejor Black: una intriga deslumbrante y el hipnótico retrato de una ciudad mágica en una época perdida.
No hay comentarios:
Publicar un comentario