Ahora en el verano descansamos del club de lectura de ciencia, pero ya que tengo cogida la costumbre no he podido resistirme a leer este libro de Oskar González Mendia que encontré en la biblioteca. No sé muy bien por qué, pero algo me atrajo de él, tal vez que habla de elementos químicos y a mí la Química siempre me ha atraído bastante.
El libro es bastante interesante. Tal y como indica en su presentación, vamos viendo cómo los diferentes elementos químicos han ido teniendo su importancia en el arte, especialmente en la pintura, pero también en otras disciplinas artísticas. Muchas curiosidades relacionadas con ellos y cómo han influido en las obras de arte. Además también es una excusa para acercarse a estas obras de arte, a las conocidas y a las no tan conocidas.
Al fin y al cabo, en la vida todo es química y el arte no podía ser menos.
Un libro muy recomendable, incluso para profanos en la materia.
¿Mató el color verde a Napoleón?, ¿hay momias trituradas en cuadros del siglo XIX?, ¿por qué se marchitan los girasoles de Van Gogh? Estos son algunos de los misterios que esconde el mundo del arte y que solo podemos resolver con ayuda de la ciencia. Al fin y al cabo, cada obra de arte esconde un fascinante universo químico en su interior. En este libro haremos un recorrido por la tabla periódica y conoceremos un sinfín de materiales artísticos, entre ellos el polvo preciosos que guardaban con recelo los mejores maestros vidrieros, el compuesto que desenmascaró a meticulosos falsificadores o el pigmento azul que venía de más allá del mar.
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